Invocando a Shiva
- Acompáñame a la última morada.
Caminando por una ancha vereda
Que daba a la plaza del mercado
De una extraña y olvidada aldea
Fue que te vi por vez primera.
Nuestras miradas se encontraron
En tus ojos, había algo de acorralada fiera
Indómita y salvaje
A lo que respondió mi alma aventurera.
Justo en ese momento
En el preciso instante
El verdugo corto tu cabeza
Que como último gesto de desobediencia.
No fue a caer en la cesta
¿Quién sabe porque extraño espasmo muscular?
Salió dando un brinco la testa
Y vino dando vueltas y giros
A rodar por la patibular madera.
Oh la dorada luz derramada
Por el tibio sol de la mañana
Que rojos y dorados destellos arranca
De tu cabellera rubia con la sangre empapada.
Oh la sangre que allí manaba
Que a borbotones el aire perfumaba
Como nuestro amor, al que un instante le basta
Para nacer eterno con la alborada.
Que sabe el vulgo que ya se dispersaba
o el estúpido verdugo
Que con miserable paja limpia
La sangre de la enorme cimitarra.
Locamente mía, mi dulce amada
Mira que perder la cabeza
de puro enamorada.
Vamos, vamos que la hora ya es dada
Mi antigua amante, mi vieja compañera
Caminemos juntos solo una vez más.
Oh muerte, mi dulce amada.
2009/09/11
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